Ministro Morgan Quero fracasa frente a la deserción escolar.
- Leonardo Serrano Zapata
- 15 abr
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 16 abr

Ministerio de Educación: solo 180 000 peruanos han retomado sus estudios, frente a casi 9 millones que aún carecen de una educación básica concluida.

En el marco del vigésimo aniversario de la Educación Básica Alternativa (EBA), el Ministerio de Educación (MINEDU) ha difundido con entusiasmo una nota de prensa destacando que “más de 180 000 personas retoman sus estudios gracias a la Educación Básica Alternativa”. Lo que evidencia el reconocimiento del fracaso y el desinterés que le han puesto a la gestión de Morgan Quero a la política educativa de deserción escolar, que debería ser protagonista para la lucha contra la pobreza y la precariedad del empleo.
Sin embargo, más allá de la cifra que pretende ser alentadora, urge analizar con objetividad y crudeza el verdadero alcance de la modalidad Educación Básica Alternativa y el papel que el Estado ha desempeñado —o dejado de desempeñar— en la reducción de la brecha educativa en el Perú. ¿Se dan cuenta de la magnitud de este fracaso? Solo 1 de cada 55 ciudadanos en situación de deserción escolar ha logrado reincorporarse al sistema.
Peor aún, el discurso institucional peca de triunfalismo: se habla de “oportunidades”, de “certificaciones” y de “beneficio económico para las familias”, pero nada se dice sobre la alarmante tasa de deserción dentro del mismo sistema EBA, CEBAs públicos con aulas vacías, son el reflejo de la ausencia de una política sostenida de seguimiento y acompañamiento a quienes retornan.
¿Acaso el Ministerio de Educación busca deliberadamente el fracaso de los CEBA
para justificar su futuro cierre? ¿Están preparando el terreno para culpar a los CEBA por una política pública deficiente que nunca tuvo el apoyo real del Estado?
El Ministerio de Educación prefiere ignorar una realidad, mientras celebra "logros" que son apenas gotas en un océano de negligencia, lo cierto es que los CEBA siguen operando con recursos escasos, infraestructura limitada, escasa difusión pública y una planificación curricular descontextualizada, la actual es similar a la de Educación Básica Regular y nada tiene que ver con las necesidades de la modalidad. ¿Cómo puede una política educativa ser efectiva si quienes deberían beneficiarse de ella ni siquiera conocen su existencia?
La realidad es aún más escandalosa cuando profundizamos en los números. Si consideramos que existen 1,400 CEBAs públicos y solo 18,000 estudiantes regresaron a las aulas durante el 2025, estamos hablando de un promedio de 12 estudiantes por CEBA al año. ¡Doce!
¿Dónde está la inversión real? ¿Dónde están las campañas masivas de información? ¿Dónde está el presupuesto digno para la modalidad EBA, y para docentes que trabajan en condiciones precarias? Si una persona se desangra y le ponemos una curita, ¿merecemos felicitaciones? Eso es exactamente lo que hace el Ministerio con su nota de prensa triunfalista. El paciente — la Educación Básica Alternativa— necesita cirugía de emergencia, no banditas ni publicidad engañosa.
La deuda educativa de este gobierno, se refleja en vidas truncadas, en talentos desperdiciados, en generaciones condenadas a la precariedad laboral. Es preocupante que, a 20 años de su creación, la EBA siga siendo tratada como una solución paralela y no como parte integral del sistema educativo. El Ministerio de Educación no puede seguir presentando como éxito lo que en realidad es el reflejo de un Estado ausente, incapaz de atender con justicia a quienes fueron históricamente excluidos de la educación básica regular.
Las cifras no mienten: el 98% de las personas que abandonaron a la Educación Regular aún permanecen fuera del sistema educativo. No basta con abrir aulas o firmar convenios; se necesita una política nacional intersectorial de gran escala, sostenida, con inversión, seguimiento y enfoque territorial. Conmemorar 20 años del servicio sin una autocrítica profunda, sin un plan de emergencia nacional, y sin escuchar a los propios estudiantes y docentes que luchan día a día en condiciones adversas, es no solo una omisión, sino una burla.
Necesitamos un plan de emergencia nacional para la Educación Básica Alternativa, un presupuesto real, docentes capacitados, ¿Cuántas capacitaciones promovió el Minedu para los docentes de Educación Básica Alternativa en el año 2024 y 2025? Ninguna.
Los CEBA necesitan dejar de estar albergados en IE del nivel secundaria. Es urgente una infraestructura exclusiva para los 1400 CEBA públicos, y un currículo que responda a las necesidades reales de la EBA. Porque si no actuamos ahora, dentro de otros veinte años estaremos lamentando las mismas cifras, celebrando los mismos fracasos, mientras millones de peruanos siguen esperando que algún día su derecho a la educación sea más que un artículo olvidado en una constitución que nadie cumple.
*Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente del autor y no reflejan necesariamente la postura o posición de la empresa.
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