top of page
Buscar

Metodologías activas y ágiles: caminos paralelos hacia la innovación


Entorno de aprendizaje colaborativo y activo

Hace unos días me llamó el director de una prestigiosa institución educativa de Colombia para pedirme que desarrollara un taller sobre metodologías ágiles para sus docentes. Al principio, me sorprendió su interés por un enfoque que usualmente se asocia con la gestión empresarial, pero mientras hablábamos, se hacía evidente que lo que realmente buscaba era mejorar las estrategias de enseñanza en el aula. Cuando mencionó ejemplos como el Aprendizaje basado en Proyectos y el Aprendizaje Cooperativo, comprendí que estaba pensando en metodologías activas, no en metodologías ágiles. Aunque las dos tienen puntos de contacto, también responden a objetivos y contextos diferentes. Entonces, me propuse escribir un artículo partiendo del supuesto que las metodologías activas y ágiles: caminos paralelos hacia la innovación.


En el ámbito organizacional existe un debate sobre cómo mejorar los diversos procesos que tienen lugar en su interior. En las organizaciones educativas además hay una intencionalidad clara dirigida a mejorar el aprendizaje (y por transitividad los procesos pedagógicos) para superar aquellas prácticas a menudo, perpetúan la inercia y la falta de adaptación a las demandas contemporáneas y las necesidades de las nuevas generaciones y sus familias. Si bien las metodologías activas han revolucionado la enseñanza al priorizar la participación y la construcción conjunta del conocimiento, poniendo al niño en el centro; las metodologías ágiles han redefinido la gestión de las organizaciones desde una perspectiva de proyectos. Ambas metodologías son el reflejo de una visión dinámica que apuesta por la innovación, el empoderamiento de los participantes y la creación de entornos donde el aprendizaje y la productividad se alcanzan gracias al fortalecimiento de los equipos de trabajo y su estilo colaborativo. Sin embargo, las metodologías ágiles están más enfocadas en promover la flexibilidad y la entrega incremental de valor de lo que se produce en las organizaciones, mientras que las metodologías activas están más enfocadas en transformar el resultado del aprendizaje en la escuela.


Según Bonwell y Eison (1991), las metodologías activas, son enfoques pedagógicos que enfatizan la participación activa de los estudiantes en el proceso de aprendizaje, en contraposición a la pasividad de escuchar una conferencia o memorizar información de manera mecánica. Este enfoque invita a los estudiantes a comprometerse cognitiva, emocional y físicamente con las actividades propuestas, promoviendo habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas y trabajo colaborativo. Las metodologías activas no solo buscan que los estudiantes retengan información, sino que la analicen, la cuestionen y la apliquen en contextos diversos, convirtiéndose en protagonistas de su propio aprendizaje. Este enfoque transforma el aula en un espacio dinámico donde el intercambio de ideas y la reflexión son motores del conocimiento significativo.


Las metodologías ágiles, por su lado, son estructuras de trabajo para la gestión de proyectos que se dividen en muchas fases dinámicas, normalmente conocidas como “sprints”. Después de cada sprint, los equipos reflexionan y observan lo que ha sucedido. Evalúan si hay algo que se podría mejorar para poder ajustar la estrategia para el siguiente sprint. En el Manifiesto Ágil (2001) se explican los 4 valores y 12 principios del desarrollo de software con metodologías ágiles transformando el proceso de desarrollo de productos digitales.


A primera vista, podría parecer que las metodologías activas y las metodologías ágiles pertenecen a universos paralelos: una enfocada en la enseñanza y el aprendizaje, y la otra, en la productividad empresarial. Sin embargo, ambas comparten principios fundamentales que las conectan. Ambas desafían el status quo, colocando a las personas y sus interacciones en el centro del proceso. Ambas valoran la adaptabilidad frente a los cambios y la mejora continua como parte esencial del éxito. Cuando una organización adopta un enfoque ágil, busca fomentar la autonomía de sus equipos de trabajo, incentivando la colaboración y la creatividad. Esto no es tan diferente de lo que ocurre en un aula que implementa metodologías activas: los estudiantes aprenden a pensar críticamente, a trabajar con otros y a encontrar soluciones innovadoras a problemas de su entorno. En ambos casos, se está cultivando en las personas una mentalidad de crecimiento y se enfoca en la mejora continua.


En el marco del Agile Manifesto, se han desarrollado diversas metodologías que permiten aplicar principios ágiles en la gestión de proyectos, adaptándose a las necesidades específicas de distintos equipos y contextos. Entre las más conocidas está Kanban, un enfoque visual que organiza las tareas en tableros divididos por etapas, facilitando la identificación de obstáculos y la visualización del progreso. Otra metodología destacada es Scrum, ideal para equipos pequeños que trabajan en sprints cortos, bajo la supervisión de un Scrum Master encargado de eliminar barreras. Por su parte, el Marco de Proyecto Adaptativo (AFP) aborda la gestión de proyectos en entornos altamente inciertos, ajustándose a cambios en recursos, cronogramas o equipos. En situaciones de mayor complejidad, la Gestión Extrema de Proyectos (XPM) ofrece flexibilidad para iterar constantemente y realizar cambios frecuentes, mientras que el Desarrollo Adaptativo de Software (ASD) promueve la adaptación continua mediante fases fluidas y no lineales como teorizar, colaborar y aprender. El Método de Desarrollo de Sistemas Dinámicos (DSDM), con una estructura más definida, abarca todo el ciclo de vida del proyecto en cuatro fases principales, desde la viabilidad hasta la implementación. Finalmente, el Desarrollo Basado en Funcionalidades (FDD) combina prácticas ágiles centradas en las necesidades del cliente, priorizando el desarrollo iterativo de funciones específicas con frecuentes actualizaciones. Estos enfoques ilustran cómo los principios ágiles se diversifican en herramientas y procesos para optimizar la gestión de proyectos en entornos cambiantes.


Las metodologías activas abarcan una amplia gama de enfoques pedagógicos diseñados para fomentar la participación activa de los estudiantes y transformar el aprendizaje en un proceso dinámico y significativo. Entre estas, el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) se destaca por involucrar a los estudiantes en la resolución de problemas reales mediante investigación y trabajo colaborativo. El Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) centra la atención en analizar y resolver situaciones complejas que requieren pensamiento crítico y reflexión. La Gamificación utiliza elementos de juego para motivar y comprometer a los estudiantes, mientras que el Aprendizaje Colaborativo promueve la construcción conjunta de conocimientos en equipos. Por otro lado, el Método de Caso facilita el análisis profundo de situaciones reales o simuladas, incentivando la toma de decisiones fundamentadas. El Aprendizaje-Servicio vincula el aprendizaje académico con actividades de impacto social, fomentando el compromiso comunitario. Asimismo, las Estrategias de Discusión, como los debates y foros, estimulan el pensamiento crítico y la argumentación en grupo. En conjunto, estas metodologías activas permiten a los estudiantes desarrollar competencias clave mediante experiencias prácticas y significativas que los sitúan como protagonistas de su proceso formativo.

Aspecto

Metodologías Activas

Metodologías Ágiles

Ámbito de aplicación

Contexto académico y educativo, centrado en el aprendizaje de estudiantes.

Contexto empresarial y de desarrollo de proyectos, especialmente en tecnología.

Rol del facilitador

El docente actúa como guía, mediador y facilitador del proceso de aprendizaje.

El Scrum Master lidera y organiza el equipo, facilitando el desarollo del producto que se está elaborando.

Estructura de trabajo

Basada en actividades y participación colaborativa, con énfasis en el aprendizaje experiencial.

Ciclos iterativos y sprints, con entregas regulares del producto y evaluación continua de los procesos.

Evaluación

Centrada en el desarrollo de competencias y en el proceso de aprendizaje. También se evalúa el impacto del proyecto.

Enfocada en el cumplimiento de entregables y resultados concretos, en base a los requerimientos del cliente.

Flexibilidad

Ajuste según las necesidades del estudiante y el ritmo del aprendizaje.

Alta flexibilidad, adaptándose a cambios rápidos y necesidades emergentes del proyecto.

Ejemplos representativos

Aprendizaje basado en proyectos, Aprendizaje cooperativo, Gamificación,STEAM, Aprendizaje basado en Problemas

Scrum, Kanban, Desarrollo adaptativo de software, Gestión extrema de proyectos (XPM).

La cuestión fundamental no radica en decidir entre metodologías activas o ágiles, sino en comprender cómo los principios de ambas pueden integrarse para enriquecer nuestras prácticas y lograr resultados transformadores. A fin de cuentas las escuelas son organizaciones, y los principios de las metodologías ágiles pueden ser considerados para organizar los procesos vinculados a la gestión escolar. Por su lado, las metodologías activas, han demostrado su impacto en la construcción de aprendizajes significativos, en el sentido de agencia de los estudiantes y su autonomía.


Al unir estas perspectivas, se abre un espacio para la innovación constante y el crecimiento personal y profesional. Este enfoque combinado se convierte en un poderoso catalizador para el cambio, permitiéndonos diseñar procesos más efectivos, relaciones más colaborativas y resultados más impactantes. La verdadera pregunta, es cómo podemos aprovechar las fortalezas de ambos enfoques en la escuela del siglo XXI para construir un futuro donde nuestra capacidad de aprender, adaptarnos y participar activamente nos impulse hacia un éxito sostenido y significativo.

Comments


Condeara Consulting Group_Logo

Quiénes somos

  • Instagram
  • Facebook
  • X
  • Patreon
  • Linked In
  • Youtube
  • TikTok
  • Pinterest

©2024 by Condeara Consulting Group SAC

bottom of page